Cuando ayudamos a las organizaciones a ser más eficientes en la gestión de la cadena de suministro, nos centramos en asegurar la colaboración entre todas las partes.

Es fascinante ver cómo, de manera gradual, nos hemos dado cuenta de la importancia de incorporar en el proceso de planificación a todos los players que intervienen en la cadena de suministro extendida. Cuando invitábamos a los equipos de producción y de ventas a participar en estas sesiones de planificación nos preguntábamos:

Disponer de información valiosa es sinónimo de poder, independientemente del contexto en el que nos encontremos. Equivale a un mayor control de la situación y da tranquilidad en cualquier ámbito de nuestras vidas. Lo vemos en la lucha contra el COVID-19, en el auge de las redes sociales, en cualquier ámbito político, en los mercados financieros, en el sector consumo, en el marketing, y, en nuestra relación con los demás.

La gestión de la cadena de suministros actual es tan compleja y está tan interconectada que un pequeño retraso en la fabricación de un proveedor en China podría impactar seriamente en nuestra cuenta de resultados: supondría incumplimientos con clientes y penalizaciones, retrasos en lanzamientos de campañas publicitarias, despliegues costosos en tiendas, daños en nuestra imagen de marca, etc.

Personas, procesos y tecnología son claves a la hora de planificar nuestro negocio de punta a punta y responder de manera ágil a las exigencias del mercado.

¿Os habéis fijado en la cascada de cambios ocurridos desde los últimos años?