El pasado mes de julio entró en vigor la nueva Ley Antifraude que tiene como objetivo evitar el fraude fiscal y la evasión de impuestos, y que afectará a más de un millón de empresas en España. Entre otras medidas contempladas, la nueva ley rebaja el límite de los pagos en efectivo de los 1.500 euros a 1.000 euros en operaciones entre empresas, y entre particulares a 2.500 euros.
Sin embargo, queremos dedicar este artículo a otro de los puntos más destacados: la prohibición del uso de software de gestión contable de doble uso con los que se podía alterar/falsear la contabilidad de las compañías.