En los últimos años, han nacido aplicaciones tecnológicas para todo tipo de actividades y tareas, ya bien sea de negocio o personales. Las tenemos tan normalizadas que en algunos casos ni apreciamos su valor. Por ejemplo, mi teléfono me dice la predicción meteorológica del día, no tengo que asomarme a la ventana antes de salir para saber si hace frío, si llueve, si hará calor, etc.
¿Qué cosa más insignificante verdad?, pues sí, ese par de minutos, ahora son un par de segundos y así con infinidad de “actividades” en nuestro día a día, que nos permiten ser más ágiles, mayor fiabilidad de la información y disponer de más tiempo.